El pasado sábado, 18 de enero, fue la inauguración de mi exposición “El sueño de volar”, una colección de 12 piezas hechas en acuarela presentadas en Bailongo, un café y tienda de prints y cosas chulas en Cholula, Puebla. Mi amigo y colega historietista, El Dee, es socio del lugar y el año pasado que coincidimos en Pixelatl fue cuando me planteó la posibilidad de armar una expo en este espacio, que en ese entonces estaba por abrir. Pocas cosas me llenan de tanta alegría como ver que ese proyecto, del cual solo había escuchado en pláticas, existiera materializado y caminando con tan buena energía cuando lo vi en persona. Hay algo muy noble e increíble de crear espacios como Bailongo donde el gusto por la ilustración, el cómic y el café pueden florecer de forma tan orgánica y atraer a gente tan genial como la que tuve la fortuna de conocer la noche de la inauguración.
“El sueño de volar” empezó como una idea para un cómic (que quizás más adelante se concrete como tal) sobre un grupo de personas un tanto decepcionadas con el estado del mundo y sus vidas, cansadxs de las demandas y constructos de la vida humana y que optan por hacer una especie de exilio especista. Kafka tiene un cuento genial titulado "Informe para una academia” en el cual un mono le relata a un grupo de investigadores y maestros sobre su relativamente reciente entrada a la humanidad. El mono cuenta que inicialmente fue víctima de las balas de los humanos y posteriormente enjaulado y transportado en un barco a un destino incierto y fue ahí, viendo a los marineros, que empezó a imitarlos, a replicar gestos como un saludo de mano, beber alcohol, hablar, etc que se le permitió salir de su jaula. El mono parecía haber obtenido su libertad pero en realidad solo entró a una jaula más grande, la del sistema social humano. (Como nota a parte, Paul B. Preciado tiene una plática titulada “Yo soy el monstruo que os habla” donde parte de este cuento para hacer una crítica brillante al condicionamiento y sometimiento que los roles de género causan y lo queer como forma de resistencia.)
Con esta premisa como punto de partida, la exposición hace un retrato absurdo del intento de abandonarse como humano. Sin embargo, el resultado frecuentemente es torpe, los personajes que aparecen aquí no son Daniel Day Lewis, no son actores que logren interpretar al pie de la letra sus papeles de las respectivas aves y por extensión las respectivas libertades a las que aspiran. Algo cómico se revela en su forma de resolver sus labores de animales con los métodos más humanos posibles, y entonces creo que lo conmovedor y empático viene de lo limitados que somos para dejar de pensar como homo sapiens. John Berger, en su ensayo “Por qué miramos a los animales”, el cual creo que seguiré citando hasta el fin de mis días, dice lo siguiente:
“Con sus vidas paralelas (a las de los humanos), los animales ofrecen al hombre un tipo de compañía diferente de todas las que puede aportar el intercambio humano. Diferente porque es una compañía ofrecidas a la soledad del hombre como especie.”
En 2016, el inglés Tom Thwaites recibió el Premio Ig Nobel (estos son una especie de premio de broma a las investigaciones más inusuales, cómicas o inútiles) de biología por pasar tres días pastando con cabras. El video que lo hizo viral fue en el que se ve la reacción de una conductora de televisión que no puede evitar reirse al ver el video de Thwaites con prótesis especiales, un casco y la boca llena de pasto en busca de “una vida más simple”. Todo este delirio es inherentemente cómico por su naturaleza escapista pero como mucho del humor, quizás algo de verdad hay ahí, tal vez un intento de ruptura, por más ridículo que parezca, pueda ser una mirada a otra forma de pensar.
De ahí que en “El sueño de volar” sea una colección de contrastes, donde hay situaciones en las que el ingenio tramposo humano no le da tregua al compromiso del rol como en el caso de un tucán buscando papaya en el supermercado, un taladro eléctrico en manos de un pájaro carpintero o el buho que por temor a la oscuridad debe salir con una linterna. Por otro lado, hay también algo ligeramente esperanzador en la manera en la que algunos de estos personajes parecen encontrar serenidad (en el caso de la garza), comunidad (en el caso de los periquitos) o simplemente un propósito (en el caso de las golondrinas). Tampoco puedo afirmar que todo esto esté efectivamente comunicado en los dibujos pero muchas veces creo que la ilustración es también un ejercicio de encadenamiento de ideas, sobre todo cuando se hace una serie que termina encadenándose en una especie de ensayo. Dependerá del espectador si estas imágenes, por más irrisorias que sean, tienen algo de verdad.
Al día que estoy subiendo esto todavía hay piezas disponibles a la venta, les dejo a continuación el catálogo y si les interesa pueden escribirle al instagram de @BAILONGO_MX para preguntar por ellas. La expo estará disponible hasta el 13 de febrero del 2025.
Águila.
Aves del paraiso.
Buho.
Pájaro carpintero.
Gallos.
Golondrinas.
Grulla.
Patos.
Pelícano.
Periquitos.
Tucán.
Zanates.